Hay
entre la realidad y la fantasía una distancia demasiado corta, por una sencilla
razón, en casos específicos como del que me atrevo a hablar en este pequeño
texto, solo hace falta una cosa para que ese utópico pensamiento se vuelva una
acción real y legítima, ¿qué es lo que falta?, falta ciudadanía comprometida, dispuesta a enfrentar
el sistema.
A enfrentar
un sistema que cada día nos oprime más, nos roba más, nos amedrenta más, nos insulta más. Por esto hay ahora más que nunca, una
necesidad, cuasi obligación cívica de enfrentar a los grandes poderes que
dominan el mundo, y en particular, nuestra patria llamada Perú.
El
Voto Nulo se presenta no como algo novedoso, porque a estado allí siempre, pero nadie lo ha notado, no es tampoco una alicaída esperanza de que llegue gente nueva a traernos nuevas
enseñanzas, es en sí la acción directa de la lucha frontal contra un sistema político putrefacto, porque el mundo está hecho de cambios, de cambios sociales que construyen la historia, y forjan día a día, nuevos caminos. Si queremos nuevas mentes, nuevos rostros, nuevos y mejores políticos, empecemos por promover nuevas ideas, en este caso, lo que busca el
Voto Nulo, es reivindicar a las grandes mayorías, ¿y como?, primero, atacando
el sistema electoral, viciando nuestros votos, para que de esta manera se logre
la nulidad de las elecciones y buscar así, otras, con candidatos mucho más
transparentes, candidatos con conciencia moral. Aquí, lo que se quiere es menos
hojas de vida exitosas, aquí no queremos doctorados, falsos o no, pero
doctorados, plagiados o no, pero doctorados, no queremos maestrías en grandes
universidades, no queremos grandes empresarios, lo que la clase política
necesita es personas con el mejor curriculum ético y moral, con conciencia
ciudadana, queremos hombres dispuestos a trabajar por los intereses del
campesinado nacional, a trabajar por el desarrollo educativo y cultural, por la industria
nacional, hombres que no se vendan, que sean firmes en sus ideales, hombres de
convicción férrea y de carácter indomable, hombres probos que simplemente hagan bien su trabajo.
¿Cuán
difícil resulta a la ciudadanía comprender esto?, creen ustedes que personajes
tan abyectos como aquellos que dicen que la plata llega sola, o irracionales militares agazapados, o infiltrados ex ministros de Odebrecht, o aquellos topos pseudopoliticos con empresas fantasmas y caretas de príncipes embaucadores, o peor aún, personajillos ligados al más corrupto de los grupos organizados para robar, como lo es el bando de la señora K, etc, ¿creen ustedes que haya alguien aún en quien confiar de todos los conocidos que hoy afilan sus cuchillos para repartirse el futuro pastel municipal, ya sea distrital, provincial o regional?. Bueno, no hay peor ciego que el que no quiere ver, pero eso sí, no olviden lo que dijo alguna vez el gran Orwell..."un pueblo que elige delincuentes, corruptos, no es victima, es complice", porque hace años que nos venimos tragando el cuento de la gobernabilidad y en base a ello hemos tenido que elegir lo que considerábamos males menores, sin embargo, tan ínfima es nuestra posición actual, que ni siquiera males menores quedan, porque la ola de la corrupción y el lumpen arrastró a todos al mismo tiempo.
Vivimos
épocas difíciles compatriotas, épocas en las que soñar también cuesta, por la
simple y sencilla razón que nadie quiere comprarse el pleito, nadie propone,
nadie promueve, por eso, el Voto Nulo, se muestra hoy, no sólo como un derecho
constitucional y legítimo de cada ciudadano peruano, si no como una opción de
lucha, como una forma de decir que ya no nos engañan, que ya estamos hartos,
cansados de su farsa electoral, de que cada cinco o tres años nos lean el mismo
cuento, para después nosotros frustrarnos con la misma moraleja, el Voto Nulo le
dice ¡No Más! a los corruptos que han hecho del Perú, ya no únicamente ese
mendigo sentado sobre un banco de oro, sino que ahora el mendigo, además de ser
mendigo, parece ser también ciego, sordo y mudo, pero debe despertar, es hora
de que la cerviz se levante para combatir a su verdugo, es hora de Votar Nulo, como
la mejor forma de protesta, porque eso es el Voto Nulo, un voto de protesta
ciudadana, un voto de lucha contra el sistema capitalista y neoliberal que a
traído a nuestra nación las grandes transnacionales para saquearnos y dejarnos
apenas con unos centavos en los bolsillos, es el voto de la indignación, del
rechazo a los que gobiernan desde hace treinta años, es el voto del despertar
ciudadano, de la conciencia colectiva que al fin debe reaccionar ante tanta
bajeza de sus políticos dinosaurios y faranduleros.
Pero
depende de cada uno de nosotros, está en nuestras manos la elección de nuestro
futuro, el Voto Nulo, si es mínimo no sirve de mucho, pero si se convierte en un movimiento de masas, en algo sumamente grande, es la forma más inteligente y democrática de luchar contra la miseria, si queremos ser parte de la historia que se cuenta a cada instante,
involucremonos, no seamos simples espectadores, por que después, ¿con qué cara
podremos acusar, si no nos comprometemos hoy con el cambio individual y colectivo para lograr el desarrollo de
nuestro Perú?.
PD: Revisar artículo 184 de la Constitución Política y el artículo 365 de la Ley Orgánica de Elecciones.