El Perú de hoy sigue siendo de muchas maneras aquel del que hablaba Jorge Basadre, el estado empírico, la improvisación sigue siendo una de sus mejores practicas.
El nuevo gabinete es una muestra de la realidad, una desalentadora imagen de aquello que predice la continuidad de un estado marchito y casi ahogado por las profundas aguas de la ineficiencia. Este nuevo gabinete, tecnocrata por supuesto en su mayoría, cuasi totalidad, es sin duda la palpable práctica que desde hace años viene siendo una característica primordial en distintos gobiernos.
Tenemos ahora por ejemplo, un ministro de educación cuya profesión es Economista, por supuesto que ha trabajado ya hace buen tiempo en distintas áreas del ministerio de educación, y precisamente eso lo convierte no solo en un tecnócrata conocedor de como se manejan las redes en la política y el servicio publico, sino, también en un burócrata de aquellos adormecidos en la silla encerrados en las cuatro paredes de una oficina.
La ministra de salud, si bien es cierto es una exitosa epidemióloga que tiene al parecer veinte años de experiencia trabajando en la salud pública, yo, sinceramente, conociendo como está la salud publica en el país, no estaría muy orgulloso de estar veinte años en algo que no ha mejorado en lo absoluto.
Así mismo, tenemos a la flamante ministra de Cultura, también con muchos años de experiencia, con doctorado y cartones en una serie de especialidades relacionadas a las ciencias sociales, si bien es cierto, es muy pronto para cuestionar sus cargos, pero, lo real es que con tantos antecedentes no hay nada favorable, ni que decir del nuevo Presidente del Consejo de Ministros, a quien más parece que se la ha dado el cargo como agradecimiento por promover y ser el vocero de la vacancia del ex presidente lobista.
Lo que pasa es que,una cosa es hacer gestión pública y dirigir desde la comodidad de un escritorio, y otra es estar y conocer de cerca la realidad de un país que desde hace años viene siendo ultrajado y avasallado por quienes se dicen servidores de la nación.
Pero ahí no queda todo, en la cartera de Transportes y Comunicaciones tenemos el más claro ejemplo de la dedocracia, y más que eso aún, el problema es que quien ejerce ahora este cargo, viene ya del régimen de PPK, y estuvo vinculado al escandaloso tema de la compra de casas de cartón para damnificados del niño costero.
En fin, yo solo digo que puede haber aquí muchos cartones junto a años de experiencia, pero no siempre la tecnocracia funciona bien cuando la burocracia es más rastrera en quienes ejercen los cargos. Podemos ser muy preparados, pero, mientras no se conozca en carne propia la realidad del país al que sirves, no podrás hacer mucho, mientras continúe la centralización en todos los sectores, y mientras los servidores públicos, no sean más que eso, servidores puestos ahí, en agradecimiento de , en favor de, por vara, o sea por lo que fuere, y no por convicciones ni políticas ni ideológicas ni de nada por el estilo, seguirán habiendo gentes de saco y corbata que entraran y saldrán sin dejar huella, pasarán sin pena ni gloria, y lo único que harán es dejar las cosas igual o peor de lo que estaban, desde luego que, lo que si se llevaran serán unos bolsillos un tanto más llenos y contentos de lo que estaban antes de ser "servidores públicos".