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El Fujimorismo está lejos de morir...lamentablemente.

Muy a pesar de lo que muchos creen y comentan con un brillo en los ojos que nos alienta a creer que, al fin, el club de la muerte acabará por hacerse el harakiri, y se extinguirá para siempre, me atrevo a decir lo contrario, pues es bien sabido que las grandes mafias no caen así no más, peor aun cuando se trata de Organizaciones Criminales y menos aún, cuando hablamos de una red de corrupción política.

Lo que vemos hoy, sería digno de una película de Francis Ford Coppola, o una de las tantas series que hoy aparecen en la pantalla chica en la que criminales comunes se involucran con los peces gordos de la mafia y estos sirven a interés politicoeconómicos muy particulares.

Fuerza Popular es una herencia desgraciada de los años en que el Perú fue el experimento económico casi al mismo estilo de Friedrich Von Hayek en el Chile de los años setenta, el neoliberalismo es el gran problema del país, y la realidad que hoy vivimos es esa lucha eterna por el poder económico que ha enfrentado siempre los poderes del estado. 

Si bien es cierto, ha habido un resquebrajamiento en un partido que tuvo sus momentos de mayor poder cuando iniciaba este quinquenio, y viéndose mayoría creyeron poderlo todo, sin embargo, no contaron que había fiscales persiguiendo sus pasos, y que en un momento dado, darían el golpe, su altivez, su orgullo, su mente cerrada, su intolerancia y su intensa manera de defender lo que ellos proponen ha sido su propia soga al cuello, porque se han encargado de reclutar a un sinfín de indeseables que bien podrían ser parte de una banda de estafadores o asaltabancos. 

Una de sus últimas piezas en el tablero era el ex Fiscal de la Nación Pedro Chavarry, pero este resulto muy poco inteligente, puesto que tomo decisiones muy desacertadas que acabaron con su salida del cargo, no obstante, lo último, la remoción del Juez Carhuancho del caso Cócteles es una muestra más de que aún no están muertos, hay todavía dentro de su red y pacto de impunidad eslabones que no caen. 

La magistrada León Yaranga, por ejemplo, que con cuyo voto cesó al Juez, tiene a leguas un pasado muy cercano a las naranjas, y con sus votos a salvado a más de uno, incluido el Juez Hinostroza. Y peor aun cuando los jueces que podrían reemplazar a Carhuancho tienen también en su trayectoria huellas no muy claras, por ejemplo Santos Roger Benites, ordenó al Ministerio Público en enero del año pasado, concluir en un plazo de 20 días la investigación preliminar que se le seguía a Fuerza Popular por el presunto delito de lavado de activos, sus razones eran que el tiempo de la investigación se había excedido, vaya motivos, luego tenemos a Elizabeth Arias Quispe, que en diciembre rechazó el pedido de prisión preventiva para el exgobernador regional del Callao Félix Moreno, mientras que Ángel Mendivil Mamani ha sido cuestionado por liberar al presunto cabecilla de una organización de narcotráfico, que fue detenido cuando trasladaba en una camioneta más de 400 kilos de droga en Pichari, Cusco.

Entonces con todo esto, ¿cómo pretendemos creer que Fuerza Popular está muriendo?, ¿creen ustedes que Keiko Fujimori estando en presión no puede manejar los hilos de su organización?, ¿si otros capos de la mafia con menor poder lo hacen, si Orellana puede ejercer de Abogado en una cárcel de máxima seguridad, porque Keiko no pude seguir siendo la que dirige su red de vandalismo desde su pequeña cárcel de mujeres?

En fin, pero no nos olvidemos de algo más, ese aliado de siempre, Alan García, y su grupo de pelagatos que pelean con garras y dientes por mantenerse en el poder. Fuerza Popular no es un grupo de novatos que se mete en problemas porque pecan de topes, no, son una mafia muy bien organizada que sabe cuáles son sus objetivos, que los vayan a cumplir, depende en gran parte del pueblo mismo, pero que desistan, depende solo de ellos, y créanme que los viejos lagartos son lentos pero duros de caer, ya dijo Miky Torres que reestructurará el partido, yo, no creo que sea necesario, porque hoy mismo con distintos nombres, con caretas, con distintas formas, están metidos en muchos municipios y otras instituciones.

Quiero terminar haciendo hincapié en una curiosidad final, Jaime Yoshillama, tiene una orden de prisión preventiva en su contra, y está en los Estados Unidos, prácticamente prófugo de la justicia, y, sin embargo, ¿aceptan su pedido de recusación contra el Juez?, ya les dije el fujimorismo está lejos de morir, lamentablemente. 





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